El sector transporte representa el 30,7% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España, siendo el transporte por carretera responsable del 28,4% del total. Con la creciente presión regulatoria de la Unión Europea y las demandas de clientes corporativos que buscan cadenas de suministro más sostenibles, las empresas de transporte se encuentran ante un desafío urgente. La Comisión Europea ha establecido el objetivo de lograr una reducción del 90% de las emisiones relacionadas con el transporte para 2050.
Cómo calcular la huella de carbono en logística
Antes de implementar estrategias de reducción, es fundamental medir las emisiones. El cálculo debe considerar tres áreas principales: las emisiones de la flota propia derivadas del combustible consumido, el consumo energético en almacenes y centros de distribución, y el transporte subcontratado junto con la logística inversa.
La fórmula básica multiplica los litros de combustible consumidos por el factor de emisión correspondiente (diésel, gasolina, GNC). El MITECO actualiza anualmente factores de emisión oficiales para combustibles, vehículos y electricidad, necesarios para el cálculo de la huella de carbono de empresas logísticas.
La norma ISO 14083:2023 establece una metodología común para cuantificar y reportar las emisiones de gases de efecto invernadero en operaciones de transporte. Esta herramienta permite a las empresas del sector establecer una línea base fiable desde la cual medir el progreso.
Optimización de rutas de transporte
La optimización de rutas representa una de las estrategias más efectivas para reducir la huella de carbono en logística. Los software de planificación consideran distancia, tráfico en tiempo real, consumo de combustible y ventanas de entrega, eliminando kilómetros innecesarios.
La consolidación de cargas maximiza la ocupación de cada vehículo, reduciendo el número de viajes y las emisiones totales de CO2. La Unión Europea ha establecido como hito que en 2030 circularán 30 millones de automóviles de emisión cero y 80.000 camiones de emisión cero.
La transición hacia flotas sostenibles es inevitable para reducir la huella de carbono del transporte. Los vehículos eléctricos son ideales para distribución urbana, mientras que para rutas interurbanas, los vehículos de gas natural ofrecen reducciones significativas. Los sistemas de telemetría y la formación en conducción eficiente complementan estas medidas.
Almacenes sostenibles: eficiencia energética
Los almacenes logísticos consumen energía principalmente por iluminación, climatización y maquinaria. La iluminación LED reduce el consumo energético significativamente, mientras que los sistemas de climatización inteligentes ajustan la temperatura según necesidades reales.
La instalación de paneles solares en cubiertas de centros logísticos genera energía renovable limpia. El diseño sostenible—aprovechando luz natural, mejorando aislamiento térmico y utilizando automatización—reduce considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Logística urbana sostenible
La distribución urbana de mercancías es uno de los tramos más contaminantes de la cadena logística. Los microhubs urbanos permiten entregas con vehículos eléctricos ligeros o bicicletas de carga, reduciendo drásticamente la huella de carbono. La Comisión Europea busca que todas las ciudades grandes cuenten con planes de movilidad urbana sostenible para 2030.
La optimización de entregas mediante ventanas horarias y puntos de recogida reduce intentos fallidos, principales generadores de emisiones innecesarias en la logística urbana.
Calcula tu huella de carbono con nosotros
Reducir la huella de carbono en logística genera ahorros operativos y mejora la competitividad empresarial. El primer paso es conocer tu situación mediante un cálculo preciso. En Huella de Carbono ofrecemos servicios especializados de cálculo de huella de carbono y estrategias de reducción de emisiones adaptadas al sector logístico y de transporte. Contacta con nosotros para comenzar tu transición hacia una logística más sostenible.